¿Quién no ha llorado en silencio? (poesía)


Quise escuchar tu nombre
y el silencio enmudeció.
Por un instante, dejaron de latir
los corazones más limpios de la ciudad.
Se echaron a la calle las ánimas
y se escondieron las fuerzas de voluntad.
El sol detuvo su eje de rotación
y dejaron de pedir limosna los pobres.
Suprimieron velatorios y responsos
y enmudeció el tañir de los campanarios.
Se congelaron las notas musicales
y un derretir estival clausuró los bares.
Los caminos se angostaron
y los jilgueros escondieron su canto
en la lejanía de los nidos.
Las montañas se hicieron llanura
y se suprimieron las manifestaciones.
Los viajeron dehicieron sus maletas
y nunca llegaron a destino los aviones.
Pereció la mercancía y los directores,
obedientes, pausaron sus grabaciones.
El carbón de los trenes se enfriaba
y las faros dejaron de guiar en la noche.
Se apolillaron las cartas y otras
nunca terminaron de escribirse.
El poeta perdió su verso de pie quebado
y se dejaron de querer otros amores.
El viento se hizo calima
y, como de un hilo, se sujetaron
para no llorar las nubes.
El ruido dejó de ensordecer
y un sólo sonido vino a mi.
Hoy, sólo recuerdo
que quise escuchar tu nombre.

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