Florentino two

Es uno de los asuntos del verano, como si se tratara de un gran estreno mundial: La vuelta de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid. Florentino, un hombre, que como cualquier ser “influyente” (llamémoslo así), levanta pasiones y odios, sentimientos encontrados. Sin embargo parece que ha vuelto con parte de la lección aprendida. Uno de los aspectos que más me llamó la atención cuando comenzó todo este tema de las elecciones a la presidencia blanca fue la aparente amnesia en la que se encontraban muchos socios, aficionados y periodistas que siguen la actualidad merengue (sobre todo me sorprendía la de los socios y aficionados). Parece ser cierto eso que dicen que el ser humano tiene la capacidad de guardar en su cerebro los aspectos positivos por delante de los negativos…¡Y vaya si lo tiene! Este es el más claro exponente. Florentino hizo cosas buenas en su primer mandato (lo que no sabemos fue cómo, de qué manera, a qué precio o a costa de quien/es); cosas incluso extraordinariamente buenas (una expresión muy suya). Pero como SER TERRENAL que es, cometió sus fallos. El más gordo fue, sin duda, la sequía de tres temporadas sin títulos. Algo que no ocurría en el Bernabeu desde hacía medio siglo.

El problema es que a veces parece que se nos olvida lo más importante. Un club de fútbol es una empresa (en eso creo que a estas alturas todos estamos más o menos de acuerdo); pero eso sí, una empresa deportiva; en el que los resultados no son tanto los resultados económicos (que también), sino, por encima de todo, los resultados deportivos. En definitiva, todo lo que mueve este deporte, está subordinado al final, a que entre la pelotita entre los tres palos más veces que lo haga el equipo rival. Su trayectoria empresarial es intachable, y la transformación que ha conseguido realizar en ACS, multiplicando por mucho su valor como empresa no tiene reproches; y sabemos que en ese terreno Pérez se mueve bien. Ahora sólo falta confirmar su trayectoria en el terreno futbolístico, lo que no sabemos es si se confirmará para bien o para mal. Seguramente si el proyecto triunfa, los triunfos anteriores adquirirán más importancia, y si fracasa, los fracasos anteriores se harán sumar a los futuros. La realidad es que la segunda parte ha comenzado muy similar a como lo hizo la novela. Pero ya he dicho que ha aprendido. O eso dice él.

Comentarios