Ser o no ser

Por si alguien no se ha enterado a estas alturas, el sábado pasado unos cuantos energúmenos (hasta 2.000 llegan a decir los papeles), se liaron a destrozar todo cuanto tenían a mano en las fiestas de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón y se enfrascaron también en una pelea con la Policía; vamos, que como decimos ahora los jóvenes: “la liaron parda”. Ya ocurrió algo similar hace un año en las fiestas de San Sebastián de los Reyes. En sí, el hecho es ese, ni más ni menos. La violencia, el enfrentamiento sin cuartel, los heridos y detenidos de turno (hasta 7 de ellos menores)... Energúmenos todos. Seguramente unos cuantos iniciaron el pastel, otros cuantos lo siguieron, unos más les rieron las gracias, otros, que se aburrían, se apuntaron al combate, y los que simplemente pasaban por ahí y que no se aguantaron las ganas de presenciar semejante “espectáculo”. Pero calaña al fin y al cabo.
Lo que pasa es que, como en la mayoría de las veces, de un hecho aislado, se pueden sacar multitud de interpretaciones, y cabe la casualidad (o no), de que Pozuelo es el tercer municipio más rico de España por habitante. Esto es así porque en los últimos años, los millonarios de la capital han decidido levantar sus mansiones por esa zona; así que imaginaos, está de los más demandado (por ejemplo, Cristiano Ronaldo es el último “vecino” en llegar a la selecta colonia), y claro, a partir de aquí, también se puede hacer mucha demagogia, porque somos libres y porque además es gratis... Yo no sé si los energúmenos son de Pozuelo, habitantes de esas urbanizaciones de lujo, visitantes, o familiares, en cualquier caso creo que no es demasiado importante. Lo que sí que creo es que el civismo, el respeto y la educación es algo que no entiende de clases sociales ni de “modas”, sino que debería ser un factor común de todas las barriadas, municipios, urbanizaciones y demás tribus del país. Sean de la condición que sean…

También se señala, y mucho, como culpable de estos destrozos, al archifamoso botellón. Y esto ya me mosquea más. ¿El botellón es bueno o malo? Pues mire, depende en quien y en cómo se haga, (salvo para los dueños de los pubs y discotecas, que es malo per se). Es malo si molestas a cualquier vecino, malo si luego coges un coche, malo si destrozas algo, malo si ensucias, malo si no sabes llegar a controlar la situación. Pero si eres capaz de evitar todo eso, con lo cual, amigo, ya parecerás una rara avis, no veo porqué te lo han de prohibir… Me parece a mí que estos pandilleros, nos lo van a poner cada vez más difícil a ti y a mí…

Y como vamos de lo particular a lo general, se acaba acusando, (esta vez creo que con mayor precisión) a los padres. Yo hace ya tiempo que lo veía venir y no me atrevía a decirlo, pero ahora ya no me corto. Sinceramente, creo que hay un problema y muy gordo. Un problema que va a ir a más. Estoy completamente seguro. Todavía vivimos en una sociedad en la que la palabra “Libertad” da cierto vértigo, y como he oído decir por ahí, se confunde muy a menudo con “Libertinaje”, y si cogen el diccionario de la RAE encontrarán la diferencia. Así, mismo, la palabra “Autoridad”, se confunde con “Autoritarismo”, y nada tienen que ver, salvo que comparten la misma raíz semántica. Tanto la Libertad como la Autoridad (me permito escribirlas con mayúsculas), son algo necesario y deseable. Y mientras no sepamos aplicarlas de manera adecuada, tendremos pequeños dictadores, que más tarde serán grandes dictadores. Y ya no sigo, porque el tema da ya un poco de repelús ¿O no creen?

Por fortuna, también quedamos los demás. Somos muchos, pero necesitamos ser todos. Si no, no servirá de nada.

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