Queremos buenas noticias

Hace ahora justamente un par de años, una forzosa estancia en el paro me dio el tiempo que antes me había faltado para construir mi propia web. Era una idea estudiada desde hacía mucho, y la intención (quizás algo caprichosa, quizás algo ególatra) se fue haciendo necesidad por la comodidad de unificar en un mismo espacio un lugar en el que escribir con cierta frecuencia, un espacio en el que colgar trabajos a modo de portfolio y una plataforma donde unificar eso que entonces ya era un fenómeno imparable como eran las redes sociales.

Así que con entusiasmo y mucha curiosidad, comprobé como alguien sin apenas idea de programación podía hacer cosas muy aparentes. Así nació este nachocivera.net. Y gustó mucho, todo hay que decirlo. No sé su porcentaje de contribución al hecho de que poco tiempo después mi condición de desempleado dejara de serla, pero jugó una buena imagen, estoy seguro.

Desde entonces, dos años durante los cuales el propósito de escribir con cierta asiduidad ha hecho homenaje al Guadiana, pues aparecía y desaparecía según las prisas, la inspiración y las ganas. Los posts, no muy numerosos pero muy sentidos. Ni yo mismo imaginé cuando los escribí que alguno incluso iba a ejercer cierto poder premonitorio, como éste, escrito en noviembre de 2013 en que hablaba de relaciones amorosas y lentillas. Tiempo después tengo mi optometrista particular.

Debe ser que las buenas historias llaman a las buenas noticias, y ya se sabe que la audiencia siempre las reclama. Pero a mi siempre me ha gustado cambiar de vez en cuando un jarrón de lugar, comprar un cuadro nuevo o pintar una estantería en casa para dar esa sensación de que las cosas cambian y el mundo gira, que nada cambia si no haces por transformarlo. Por eso, coincidiendo con el segundo cumpleaños de este lugar, le he dado un importante lavado de imagen.

Ya veis que ahora luce más limpio, más aséptico y más fácil de leer (y también os aseguro que de editar). Se mantiene lo importante, que son las palabras encadenadas, y espero que ahora con mayor frecuencia, con el propósito de que el Guadiana luzca con un caudal más vigoroso y constante. Porque lo importante está en lo que se escribe, especialmente si tiempo después se hace realidad. Así que ya sabéis, cuidado con lo que escribís, no vaya a ser que se cumpla.

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