Veinte sintonías sabineras

Hace pocos meses, cuando Joaquín Sabina era trending topic en la red y en las tertulias por la imposibilidad de acabar un concierto en Madrid debido a un inoportuno ataque de ansiedad, se libró un apasionado debate con él en el centro de la diana.

Aprovechando que se había encendido la mecha, hubo quien encontró el momento para sacar a debate que los artistas no pagan todos sus impuestos como debieran. Los que ponen ojitos a Podemos también aprovecharon para lamentar que al trovador por antonomasia no le acabase de gustar Pablo Iglesias, y quien recela del “coletas” saltó también cabreado por que se dejara querer por él en televisión tras la experiencia sufrida por la "campaña de la ceja" de ZP. 

Acostumbramos a utilizar a cualquiera para nuestras guerras particulares, y mi guerra no es otra que la de las palabras y los sentimientos, por eso me gusta Sabina, independientemente de que simpatice con lo que yo simpatizo, de la persona que se esconde detrás del artista. Independientemente de que sea santo y seña del Atlético de Madrid y yo sea más blanco que la nieve, o independientemente de todo lo que se haya podido meter durante años por esa nariz.

Sabina me gusta porque sea cual sea el momento en el que te encuentres siempre tienes una canción suya en la que refugiarte. Unos versos que te dan un beso o un bofetón, según convenga.
Hoy es uno de esos días que la gente odia o adora en función de esa situación en la que cada uno se encuentre, en función de su guerra personal. Lo bueno es que Sabina ha escrito canciones para desrelativizarlo todo, así que sea cual sea el contexto en el que lleguéis a este 14 de febrero, siempre tendréis una canción que podrá la banda sonora a vuestro día, como el resto de los 364 del año. Os dejo 20 alternativas que me he dado el gustazo de recopilar. Porque hoy es un día en que se reivindica al amor, y el mío está también en escribir por devoción y en recomendar canciones por puro placer.

“Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres”

Es el himno sabinero a la dependencia emocional por excelencia. Porque el 14 de febrero es un día más en el calendario si en ese momento estás viviendo un San Valentín permanente. Una canción que está por encima de las convenciones de la celebración, donde lo que importan son los sentimientos y lo que se vive por dentro prima sobre las demostraciones en público.

“Y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño
(y con todas si duermes a mi lado)”

Vale, nunca nos hemos considerado especialmente románticos, pero por fin creemos haber dado con aquella persona por la que merece la pena hacer algo especial en un día como este. Pero la piel de crápula no nos la quitamos de encima tan fácil, y por muy románticos que nos mostremos, aunque la mona se vista de seda, crápula se queda. Si sois así, esta es vuestra canción, granujas.

“Para decir con Dios a los dos nos sobran los motivos”

Si en este San Valentín no estamos para celebraciones, nuestro corazón está “cerrado por derribo” y vivimos en una auténtica “nube negra” sentimental, lo que nos apetece es huir bien lejos, allí donde (utilizando la jerga sabinera) nos quema el frío si nos cogen la mano, esta es tu canción para un día como hoy.

“Esta vez yo quería quererla querer y ella no”

¿Quién no ha confundido el querer a alguien con quererlo querer? Pues eso es lo que le debía pasar a nuestro amigo al componer esta canción. Todo un himno al olvido amoroso, a los amores no correspondidos, al reaccionar demasiado tarde ante alguien de quien nos hemos dado cuenta tarde que debíamos haber querido mejor.

“Cuando tenías aún esa forma de hacerme daño”

Otra vez estamos en esta canción ante un claro caso de desajuste temporal amatorio. ¿Qué ahora tú quieres? Pues ahora soy yo el que no quiere, o al que no le viene bien. Una canción perfecta para cantar en noches etílicas, frente al piano del Toni 2, celebrando la superación definitiva de un desengaño que nos ha llevado tiempo cerrar.

“Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal…
Dime dónde queda tu oficina para irte a buscar

Sabina ha contado alguna vez que esta canción la escribió después de que su pareja de aquella época se fuera a la oficina a trabajar y él se quedara en la cama sin más oficio ni beneficio que el de escribir una canción así. Estamos de acuerdo en que ir al trabajo de tu chica a recogerla no es lo más sabinero del mundo, pero hasta el propio Joaquín llegó a sucumbir a tal detalle si el momento lo requería.

“Y tal vez no tengamos más noches,
y tal vez no seas tú la mujer de mi vida”

Y sin embargo, si existe algo sabinero por antonomasia, son esas noches en las que los amaneceres siempre están de más. Si tu San Valentín es de esos que celebras con alguien de quien ni siguiera conoces su nombre y acaba, como tarde, a la hora del primer metro del día posterior, estas dos son tus canciones para hoy.

“Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino”

Por muchas odas que encontremos a los amores de una sola noche en las canciones de Sabina, también es posible encontrar alguna que celebra los amores más estables y más soñados, esos que sobreviven al menos al primer encuentro. Si lo que quieres es decirle a alguien que por mucho que pasen los años y muchas sean las personas que veas a su lado siempre estarás pillado por ella, hazlo con esta canción.

“Ahora el mundo está recién pintado,
que los sentidos sienten sin miedo, que está tan sola la soledad”

Si este año es sin duda tu SAN VALENTÍN (así, en mayúsculas),vives en un auténtico frenesí y estás enamorado y no te importa reconocerlo, esta canción te va como anillo al dedo. Estás ante tu himno si nada te parece lo suficientemente moñas en estos momentos y estás encantado de vivir en ese mundo de unicornios rosas.

“Le dibujaba un mundo real, no uno color de rosa.
Pero ella prefería escuchar mentiras piadosas”

A lo mejor este San Valentín te ves en la situación de tener que pararle los pies a alguien que, aupado por la fecha, se ha venido muy arriba contigo. Igual tú no estás en la misma sintonía y te ves en la obligación de ser excesivamente sincero con él o ella. No quieres decir cosas que no sientes, tampoco hacer daño a la larga y prefieres seguir la filosofía colchonera y sabinera del “partido a partido”.

“Se portó la calle con aquel detalle de dejarnos solos”

Puede que en este San Valentín nada acabe como empieza, sobre todo si haces por darle la vuelta a tu suerte. Ya sea por exceso o por defecto, como le ocurre a los protagonistas de esta canción, igual quieres darle la vuelta a la situación y es posible que encuentres a esa persona que te complementa o que simplemente haga que el día sea más agradable de lo que esperabas . El azar puede que te ayude a que te encuentres con “ese partenaire adicto al jaque mate”.

“Y cada vez más tú, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros”

El 14 de febrero no es una fecha oportuna en el calendario si se acaba de pasar por una ruptura, así que lo más normal es que quieras hacer de ese día uno más y a poder ser que pase lo antes posible. Sabina supo trasmitir esa situación en una de las canciones con las que cualquier masoquista del amor se deleita en fechas como esta (no todo iba a ser drogas, sexo y rock and roll).

“Como lo imposible por fin hecho, como si alguien de veras me quisiera”

Quizás son muchos los años que llevas eludiendo este día, muchas las frustraciones y decepciones amuladas, y cuando pensabas que nunca ibas a sucumbir a las flechas de Cupido, te alcanzan. Tu corazón ya no está de luto, y esta canción tiene una lírica melancólica que camufla uno sus principales mensajes, mucho más optimista y liberador.

“Porque voy a salir esta noche contigo, se quedarán sin coartada los generales
y serás mi invitada en paraísos artificiales”

Igual has elegido el día de hoy para tener una cita. Si te van las emociones fuertes y jugar bajo presión, puedes ir calentando con esta canción mientras te preparas para llevarte los tres puntos a casa (o algo mejor). 

“Dile a esa chica que no llame más, y si protesta el corazón
en la farmacia puedes preguntar ¿Tienen pastillas para no soñar?”

No te faltan motivos y compañía con la que celebrar este día, y lo sabes. Gustas y derrochas seducción por donde pasas, pero eres de tomártelo todo con mucha más calma. Quieres vivir sin agobios y sin grandes expectativas, por eso vives el día a día y no te gusta atarte demasiado a nada, quizás intentando no volver a caer en esa ilusión que un día te desgarró el corazón. Prueba con esto.


“Y una mañana descubrí que a veces gana el que pierde a una mujer”

Hoy también se celebra San Zenón, la alternativa a San Valentín para los solteros, o como se dice hoy en día, para los singles. Si has decidido colgarte el cartel de libre en la solapa y salir esta noche en busca de más almas libres, esta es tu canción para hoy. La calle está llena de exploradores, sobre todo a altas horas de la madrugada.

“Y dile que la echo de menos, cuando aprieta el frío,
cuando nada es mío, cuando el mundo es sórdido y ajeno”

Si este día te parece absurdo “como un belga por soleares” porque no puedes compartirlo con la persona que te gustaría, también tienes una canción para ti. La distancia es uno de esos subtemas líricos a los que más se les ha escrito y cantado, y Sabina no fue una excepción. Dile que lo/le quieres con una de ellas, aunque sea a través de Skype.

“Y aunque pueda olvidar
no se me olvida que no puedo olvidarte”

Como los partidos de fútbol más  gloriosos, hay amores que se saborean más con el regusto de la distancia que en directo. Hoy te recomiendo que salgas a celebrar por lo que hay o por lo que hubo, ya que el tiempo siempre ayuda a quitar hierro a lo malo y, como diría Estopa, a echar de más cosas que en su día echamos de menos. Sabemos que siempre habrá una pareja o un anuncio del Corte Inglés que te obligará a mirar al pasado con nostalgia, pero recuerda que no existe noltagia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

“Vivíamos de okupas en un piso abandonado de Moralataz,
si no has estado allí no has visto el paraíso terrenal”

Os faltan recursos pero os sobran sentimientos, y no os importa airearlos en público. No pasaréis vuestro 14 de febrero en la cama de un hotel de lujo ni disfrutaréis de una cena con estrella Michelin, pero la besarás apasionadamente, y tú, sabinero, le dirás eso de “con un colchón nos basta, de estufa-corazón te tengo a ti”. Cuando hay amor, ¿Qué más lujos se pueden pedir?

“Y nos dieron las 10 y las 11, las 12, la 1, las 2 y las 3,
y desnudos al amanecer nos encontró la luna”

Sabina siempre suele cerrar sus conciertos con esta canción, su mayor himno y seguramente su mayor legado a la música popular española contemporánea. La historia se desarrolla en un pueblo con mar después de un concierto, y cuenta la historia de un amor de verano que pervive en la memoria de su protagonista hasta el verano siguiente. La mejor definición de flechazo hecha canción. Quizás hoy los querubines estén de tu lado y te regalen una experiencia similar, aunque te deseo que lo haga con mejor suerte que la que tuvo el protagonista de estos versos.


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