Meneses y Mingote


Hay figuras que dejan huella en esto del periodismo. Sin necesidad de recurrir a los manidos referentes internacionales del oficio, en España también hay y ha habido genios a los que merece la pena mirar y admirar, no vayamos a perder el orgullo patrio tan rápido. El pasado fin de semana, Televisión Española homenajeó a dos eminencias relacionadas con los medios fallecidas recientemente. La primera, Enrique Meneses, fue reportero de los que ya no quedan. Ha pasado a la historia, entre otros trabajos, por la serie Robinson en África, que realizó para la televisión pública. El segundo es Antonio Mingote, el dibujante, más mediáticamente reconocido, que murió en abril del año pasado, y que con su pluma, retrató durante años el panorama político y social a través de las páginas del diario ABC.


Del primero merece la pena escuchar la sobrecogedora conversación entre el propio Meneses y su hija, la cual renunció al periodismo por "no encontrar por ningún lado el oficio de su padre". Una charla que deja en evidencia las carencias afectivas que provoca una forma de hacer periodismo que, por costosa, ya casi está desaparecida. También resulta destacable el ánimo que hace el propio Meneses a nosotros, los jóvenes periodistas, para buscar una mejor forma de hacer periodismo fuera de nuestras fronteras. 

Del segundo, Antonio Mingote, me gusta destacar la actitud propia de genio de un hombre que se definía a sí mismo como "aproximadamente dibujante". Y es que la mayoría de las veces conviene no tomarse demasiado en serio ni a uno mismo.

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